La mafia rusa y los oligarcas amigos de Putin instalados en Mallorca
Dos lujosas embarcaciones de más de 24 metros de eslora de magnates conectados con el gobierno ruso, a punto del embargo
Son los meses de verano cuando los oligarcas aprovechan para lucir sus 'joyas' en aguas de Baleares
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Salvo que pongan rumbo a aguas internacionales, los oligarcas rusos con megayates en Mallorca pueden quedarse sin sus joyas mediterráneas para los meses de verano con las que se desplazan a Córcega, Cerdeña, Ibiza o la Costa Azul.
También pueden verse sin sus villas y mansiones de lujo, si en los próximos días la Unión Europea activa las órdenes de embargo por la vinculación de sus fortunas con el Gobierno ruso de Vladímir Putin.
Salvamento Marítimo ya ha alertado a todos los puertos deportivos de Baleares para que informen del número de embarcaciones con bandera rusa superiores a 24 metros que se encuentren en sus instalaciones.
En el caso de las Islas, dos embarcaciones se hallan en el punto de mira del Gobierno español. Una de ellas es el megayate Lady Anastasia, de 48 metros de eslora. Un barco de lujo cuyo propietario es el magnate ruso Alexandre Mijeev, dueño de fábricas de helicópteros militares para el Gobierno de Putin, y que un empleado ucraniano intentó hundir, sin lograrlo, la semana pasada. Está atracado en el municipio de Calvià, en concreto en Port Adriano.
El otro megayate es propiedad del oligarca Viktor Vekselberg, ucraniano con pasaporte ruso amigo de Putin y propietario del Tango, el barco más lujoso atracado en el puerto de Palma. El buque, de 77 metros de eslora con bandera de la Isla de Cook, está valorado en torno a los 160 millones y en estos días se le está realizando una puesta a punto de cara a un verano más que incierto.
En la actualidad, en Baleares hay 2.287 rusos censados, una cifra modesta en comparación con el número de alemanes e ingleses que residen en el archipiélago. La presencia de estos magnates rusos básicamente llama la atención en los meses de verano, a bordo de sus impresionantes naves de decenas de metros de eslora.
No hay constancia de que Mijeev ni Vekselberg tengan mansión en Mallorca, pero quien sí tiene megayate y una de las villas más lujosas de Baleares es el millonario Mikhail Prokhorov. Al primer productor mundial de níquel y rey del oro en Rusia, se le puede ver cada año en la semana de la Copa del Rey de vela a bordo del Palladium o bien de regreso a Sa Ferradura, un islote de tres hectáreas y media a una veintena de kilómetros de Ibiza.
Tampoco falta a su cita con el verano mallorquín el magnate ruso del metal Victor Rashnikov, a bordo del Ocean Victory, con sus 13 camarotes, siete cubiertas y hasta un helipuerto.
Chalés de lujo en Calvià
También tuvieron residencia en Mallorca, siempre curiosamente en Calvià, personajes vinculados a la mafia rusa, cuya presencia, hasta entonces desapercibida, se destapó en 2008 cuando el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón envió a prisión a 13 de ellos, incluido Gennadios Petrov, uno de los máximos dirigentes de la organización criminal Tambovskaya.
Este mafioso que huyó de España aprovechando un permiso judicial y del que nunca más se supo y continúa fugado de la Justicia, tenía casa en este municipio de la costa mallorquina. Al igual que el diputado ruso Vladislav Reznik, miembro del partido de Putin y amigo personal del presidente ruso en su primera etapa al frente del Gobierno (2000-2008).
Reznik, que le había comprado años atrás al fugado Petrov un lujoso chalé sobre unos acantilados en la urbanización de El Toro (Calvià), fue juzgado en la Audiencia Nacional por delitos de blanqueo de capitales y asociación ilícita. Como el resto de imputados por presuntamente pertenecer a las organizaciones criminales, Tambovskaya y Malyshevskaya, fue absuelto.
No salió tan bien parado Alexander Romanov, capo de la mafia rusa sospechoso de formar parte de la organización Taganskaya y residente también en Calvià. Tras ser detenido en 2013, aceptó tres años y nueve meses de cárcel por blanquear 1,6 millones de euros de actividades ilícitas. Saldó su deuda con el Estado cediendo al Tesoro público el Hotel Mar y Pins de esta localidad mallorquina, que fue luego subastado por más de 12 millones de euros.